Puente japonés

Los puentes japoneses han tenido durante mucho tiempo una reputación por su pura belleza, sus elegantes curvas y su inspiración del espíritu zen. No hay duda de que el puente de este tipo más famoso de Vietnam es el de Hoi An, la histórica ciudad ribereña de la parte central.

Puente japonés

Historia y ubicación

Cuenta la leyenda que el puente fue construido como arma de los antiguos para disuadir al monstruo Mamazu, que tiene su cabeza en la India, su cola en Japón y su espalda en Vietnam, de causar terremotos y otras calamidades. De hecho, fue construido por la comunidad comercial japonesa en 1593 para conectarlos con el área china al otro lado de un pequeño arroyo. Sigue siendo hasta hoy una atracción espectacular y es un hermoso rastro de la influencia japonesa en Vietnam.

Este puente de casi 20 m conecta las dos calles principales del casco antiguo de Hoi An: la calle Nguyen Thi Minh Khai y la calle Tran Phu, con vistas al tranquilo río Thu Bon.

Qué ver

Dado que la construcción de este sitio se inició en 1593, Año del Mono, y se terminó en 1595, Año del Perro, se han colocado un par de estatuas de estos dos animales en ambos extremos. Representan a los guardianes del puente.

El Puente Japonés es famoso por sus elaboradas decoraciones, que se pueden ver más fácilmente en la entrada baja. No te pierdas los pequeños cuencos de porcelana que se utilizan para rematar los extremos del azulejo, aunque el interior puede resultar muy oscuro. Hay un pequeño templo en el lado norte del puente, justo en el medio sobre el arroyo. Además, los visitantes podrán encontrar varias galerías interesantes en el otro extremo.

Este lugar no puede ser ignorado por aquellos que quieran tomar fotografías, con un encantador fondo histórico y un increíble color rojo descolorido. De noche es cuando luce más elegante, gracias a la iluminación.

Cómo llegar

La entrada es gratuita y los turistas alojados en la localidad podrán pasar por este puente varias veces al día. Es muy recomendable alquilar una bicicleta para recorrer los alrededores, ya que el pueblo es muy pequeño y no hay necesidad de preocuparse por el tráfico.